dimecres, 20 de març del 2013

EJEMPLAR EN EXTINCIÓN



-Estoy con el agua al cuello. Lo he intentado todo y no encuentro curro. Estoy desesperado, tía.

Mientras mojo las magdalenas en el café con leche después de una noche gloriosa escucho los lamentos de Fernando. Está todo fatal.

-Puri, ¿me podría quedar unos días aquí? No tengo muchos contactos en Barcelona pero por probar no pierdo nada.

Me ha pillao en fuera de juego. Yo estaba todavía relamiéndome de los polvazos y sin esperármelo me suelta la pregunta de marras. Joder, una cosa es sexo y otra es la convivencia. ¿Solo unos días? No sé, se me encienden las alarmas. Una está muy escamada…

-Si no te va bien…
-Claro que sí, quédate el tiempo que necesites.


Cuando acabo de pronunciar la frase me doy cuenta de que suena muy gruesa. ¿Egoísta? ¡Me cago en la puta de oros! A vosotras os querría ver en mi tesitura, joder, desde fuera se ven muy fáciles las cosas, lógico, no os jugáis nada, así aconsejo yo a Dios y a su madre. Pero yo tengo mis miedos. Fernando es un buen tío pero me da cosa que al meterlo en mi casa se excoñe todo. ¿Desconfiada? No me toquéis más los ovarios… ¡He dicho que sí, vale!

-En cuanto encuentre curro me instalo en otro sitio, no te creas que no me sabe mal…
-Fernando, por favor.
-Que sí tía, que lo entiendo, que está la cosa muy achuchá y es normal que te lo pienses. Somos        colegas, pero una cosa es eso y otra meterme en tu casa, con Fernandito…

Se lo dice todo y me entiende. Fernando es hombre mundo y sabe que las cosas dan muchas vueltas y que entre los dos hay química sexual pero cruzar esa frontera es harina de otro costal.

-Una semana máximo, si me sale bien me busco una habitación, si me sale mal me las piro.

Me parece sincero pero ya no me fío ni de mi sombra. Está con el agua al cuello y si le sale mal, que tal como están las cosas es lo más normal, pues no sé cómo ni adónde se va a ir. Y luego vendrá un día más, y otro favor, y déjame veinte euros y… Coño, que me sabe fatal pensar mal de la gente pero es que la cosa está jodía y se oye cada cosa. Una cosa es cuando el viento va a favor y otra cuando vienen torcido. ¿No me entendéis? Que os den por culo, ya veo que hay mucha samaritana por el mundo pero una servidora hace tiempo que huye del agua caliente como los gatos escaldados. Tengo que vigilar por mí y por mi criatura y no está el horno para pegar un resbalón.
Fernando me coge la mano y me abraza. Luego baja los deditos buscando refugio por debajo de las bragas. Pero yo me he enfriado. Disimulo diciéndole que tengo que llamar a Fernandito para ver cómo ha pasado la noche, mientras él se va a la habitación. Manolo no me coge el teléfono, será capullo. Vuelvo a marcar, al final se pone con voz de sueño. Me pone al aparato a mi niño y le pregunto cómo ha dormido. Escucho la puerta, Fernando se ha marchado. Acabo la conversación con el chiquillo y corro a la habitación. Se ha llevado el petate. Hay una nota encima de la cama.
No te preocupes, es mejor que dejemos las cosas como están. Me gustas y no quiero estropearlo.
Me pego un lote de llorar. Soy así. Me cago en todo, cómo me gusta el sevillano de los cojones. Esa elegancia con la que hace las cosas hará que siempre le deje una puerta abierta.

dimecres, 13 de març del 2013

INSOMNIO



He caído rendida, pero esta vez no por portear a mi Fernandito de casa al cole y viceversa, ni por currar como una posesa y aguantar a las clientas que no quieren comprar nada y me hacen sacarles todas las prendas y después de media hora de halagarles su tipo de ballena me sueltan que se lo tienen que pensar. Qué pensar ni qué pensar… a comprar y a callar, joder. Tampoco estoy rendida por limpiar, fregar, cocinar y otras cosas que me dan placer sexual, o sea, me joden. Ni por hacerme la Robin Hood con Manoli y el charcutero drag queen. No, amigas, no os lo vais a creer pero he caído rendida de follar.

 A duras penas puedo abrir un ojo para percatarme que no lo he soñado, estiro la mano y toco la pedazo cacha del tío que tiene la culpa de mi rendición. Qué cabronazo, qué tute me ha dado. La culpa la tuvo el vino que trajo Fernando. ¿No lo conocéis? Las nuevas no, es un viejo amigo (que no es lo mismo que un amigo viejo). Fotógrafo de profesión y sevillano de devoción. Lo conocí allí cuando me dio por recorrer platós de televisión a hincharme a realitis, joder, parece que fue antes del diluvio y no hace ni seis años. Mi vida ha cambiado y por lo que me ha explicado en la cena, la suya también. Una noche sevillana me dio una vuelta en moto y me enseñó su ciudad y alguna cosa más que ahora no viene al caso. ¡Morbosas, que sois unas morbosas! ¿La tranca? Bien, consistente. ¿Cómo la salchicha de Gervasio? La madre que os parió, que veis algo con punta y se os revienta la imaginación. No hagáis que me pierda, que se me va el hilo y acabo hablando de Rajoy. Dios me libre de dedicarle una palabra a ese desgraciao que nos tiene asfixiaos a todos mientras el tío se embolsa pasta por un tubo, putos sobres de los cojones… A lo que iba, Fernando me llamó a media semana anunciando que se venía para Barcelona, miel sobre hojuelas,  yo tenía el finde libre porque Fernandito se iba con su amantísimo padre. Creo que lo quería llevar al futbol, y al cine, y al zoo… ¿que si me lo quiere comprar? Pues sí, últimamente lo mima que te cagas, le consiente todo y babea todas las tonterías que el crío escupe por la boca. Luego la mama es la mala, ya le veo el truco  al muy cabrón.  ¿Que no me enrolle? ¿Que explique los detalles? ¡Qué cabronas! Cómo os va meter el ojito en la cama de los demás. En la cama o donde sea, porque los dos primeros polvos fueron encima de la mesa y en el sofá. ¿Qué pasa, colegas? Que nos dio el primer apretón con los postres y la cremallera de bragueta que se baja, las bragas negras que se apartan por arte de magia y pimpam que ya estábamos a reventar. Y así, desparramaos de gustirrinín nos tiramos en el sofá a descansar. Sí, descansar. Pero con el calorcito de la estufa pues una mano que se va para aquí, otra que se va para allá, un tironcico de pelos del pecho, un mano que se descuida encima de la teta, la boca que huele a vino bueno, el pezón que se pone pino, la polla que desafía la gravedad y…. Joder, ya me habéis tirado de la lengua y lo estoy soltando todo. ¿Qué va a quedar para el Sálvame? Es broma, con mi Fernando no se juega, es un tío legal, nos damos gusto cada cierto tiempo y nos explicamos la vida. Y sobre todo, nos reímos, sí, claro, entre polvo y polvo. Ese gracejo andaluz me enamora, me dice unas cosas que me troncho, me cuenta unos chistes que son la pera y con el jijijí y el jajajá pues ya nos tienes en pelota picada en la cama retozando como locos. En el tercero el kamasutra le han faltao páginas. ¿Bocas? ¡Tu puta madre! Una no se conforma con el triste misionero, a una le gusta investigar y a Fernando no te digo, o sea, que aquí me tienes agotada perdida, pero feliz, joder, qué lástima de que no estuviéramos más cerquita para montar festejos día sí y día también. ¿Nos cansaríamos? Yo que sé, pero ya me empieza a picar la pepitilla de pensarlo. Cuando se despierte le cojo el chupachup y … ¿Salida yo? Venga ya, que porque a una le guste el folleteo no es una salida, es la sal de la vida, y la pimienta, y el aceite y el vinagre. En fin que habéis aprovechado mi insomnio para enterarse de todo. ¡Qué cabronas!

dijous, 7 de març del 2013

VENGANZA SALADA



-¿Me pones una buena salchicha?
Qué cara se le ha quedado al charcutero. No me esperaba. Le noto como enrojece. Duda entre servirme o hablar, no se decide, pues nada, al ataque Purita.
-De la buena, no de esas que se engurruñen, ¿entiendes?
-Puri…
-Ni Puri, ni pollas en vinagre.
-Señora, el chico le ha hablado bien- intercede una viejecita de esas que les gusta meter la nariz en todos los fregados.
-Abuela, usted no sabe de la misa la mitad. ¿De acuerdo?
-No si lo que yo le quería decir es que…
-¡Chitón!

Gervasio ha tomado resuello después de mi aparición por sorpresa, el muy gilipollas despista descolgando una ristra de salchichas del gancho como si mi intención fuese comprarle embutido.
-¿La has probado, charcutero? Dicen que de lo que se come se cría, ¿no? Y tú parece ser que no… en fin, que la salchicha se te dobla más que esa que tienes en la mano. Quizás que me pusieras un chorizo de cantimpalo, porque yo lo necesito bien duro…
La agüelica se descojona, Gervasio le caen goterones de sudor. Guarro de mierda, se limpia con la mano y seguro que después toca el jamón y el queso como si tal cosa.
-Puri, yo te puedo explicar…
-Me lo ha explicado todo Manoli, ¿vale?
-Espera que cierre la tienda y nos tomamos un café.
-Sí, sí… para que me enseñes el tanguita rosa o el camisón trasparente…
Me taladra con la mirada. Manoli me contó que el pedazo hombretón tenía en su habitación  un cajón llenito de ropa interior femenina. Pero nada de comprar lencería, el muy guarro la guardaba usada. Se ve que para poder machacársela a gusto tenía que oler a zorruno. A todas las ingenuas que se había ligado, que visto lo visto, no tenían que ser demasiadas, les pedía bragas sudadas y sujetadores con jugo, en fin, lo que me dijo Manoli, un degenerao de cojones. 
-No hace falta que aquí delante de la señora…
-No, por mí no os cortéis, como si fuera un mueble.
Qué jodía la vieja, se lo está pasando chachi piruli y quiere más. Pues habrá que darle al público lo que se merece.
-Lo que no hacía falta es que te rieras de Manoli. Es una buena chica y se colgó de ti y no se merecía que la tratases de esa forma.
-Yo no me reí de ella, lo que pasa…
-¡Cállate, guarrindongo! Has jugado con sus sentimientos y la querías cambiar por mí como si fuera un trapo sucio después de limpiar todo el comedor.
-¿Es verdad eso Gervasio?- la abuela no se calla ni debajo de agua.
-Marisa, no es cosa suya.
-¿Qué no es cosa suya? Ya va siendo hora que te conozca bien la clientela, que si eres capaz de tratar a las mujeres como lo has hecho con Manoli no sería de extrañar que le dieses gato por liebre.
-¡Vamos, estaría bueno! Yo le compro muchas hamburguesas para mi nieto, hija, ¿no me estará metiendo ahí toda las sobras?
-Casi seguro…
-Puri, coño ya está bien, no te pases. No te aguanto…
-¿Me vas a pegar? ¿Como a Manoli? Te advierto que yo no soy tan mansa, si me pones un dedo encima te abro en canal, hijo de puta.
El machito se queda paralizado con mi navajazo trapero. Manoli me explicó que se le iba la mano con mucha facilidad. Lo dicho, que no era trigo limpio.
-Gervasio, hasta aquí podíamos llegar… pegar a las mujeres, mi Paco, que Dios lo tenga en su gloria, ni se le ocurrió, y mira que en aquellos tiempos… Vamos, un hombre que se viste por los pantalones lleva a la mujer que quiere como una reina. ¡Sinvergüenza!, Con esa cara de santito, míralo… pues yo ya no vuelvo a comprar nada más aquí.
-Marisa…
-Ni Marisa…-se gira y me mira intentando recordar la expresión-. ¡Ni pollas en vinagre!
Me parto de risa, la acompaño hasta la puerta mientras veo que a Gervasio están a punto de explotarle las venas del cuello. ¡Que se joda! La vieja se me escabulle y se vuelve a hablarle otra vez al charcutero.
-Y ya sabes que tengo la lengua larga, o sea, que se va a enterar de cómo eres hasta el cartero. Estás avisado.
Si la preparo no me sale más redonda la venganza. Y salada.

dimarts, 5 de març del 2013

NO ES TRIGO LIMPIO



Uff… qué desmejorada está esta chica. La dejo que llore a todo trapo, va bien, ensancha los pulmones. Yo es que soy muy llorona y me jode esa gente que no para de cortarte el rollo. No llores, no llores… ¡Hago lo que me sale del chichi! Manoli, llora lo que te dé la gana, las lágrimas son tuyas y si te viene en gana derramar el Nilo pues lo haces, faltaba plus.
Le pongo el pijama a Fernandito y lo mando a la cama. Un cuento, mama. Cojo un librito que tiene en su estantería y no llevo ni cinco líneas que ya está durmiendo como un lirón. Beso en la frente y felices sueños.
Me voy para la cocina, caliento un poco de caldo que me ha sobrado de la cena, obligo a Manoli a que se lo beba, cuando se acaba el tazón me coge la mano y me la aprieta como si le fuese la vida. Esta sí que es mi Manoli y no la fantoche que presumía de gachón.

-          Qué es lo que pasa.
-          Puri, tenías razón. Gervasio no es trigo limpio.  


No es el momento de las recriminaciones. Todos nos equivocamos, pero un calorcillo de satisfacción me sube por dentro,  a mí no me falla la nariz, no sé que sexto sentido tengo pero cuando algo no me entra pues no me entra.
-       Yo estaba muy sola. Siempre he estado muy sola…- Manoli vuelve a lloriquear pero el depósito de las lágrimas está bajo mínimos.- Gervasio me subió el ego por las nubes. Y en las nubes no se ve un pijo. Todo lo justificas, crees que son visiones, fantasmas, tonterías… Y cuando te quieres dar cuenta ya estás metida en medio del ajo y no encuentras la manera de dar marcha atrás. ¿No sé si me entiendes lo que te quiero decir?
-          Claro que te entiendo.
-          No se le ponía dura.
-          ¿Cómo?
-          Mucho fardar de que era un follador nato pero a la hora de hincarla… una culebrilla…

La visión del charcutero en pelotas con la polla echa una piltrafa me da una risa que no puedo evitar. Manoli me mira sorprendida pero luego se suma, del llanto a la risa a veces no hay más que un paso.

-          ¿Culebrilla? ¿Gatillazo?
-          No, uno detrás de otro…
-          Coño, eso ya es más serio..a lo mejor será la pitopausia… pero, no es tan mayor el muchachote, ¿no?
-          Que va… cuarenta y cinco.
-          ¿Entonces?
-           Es un degenerao…

Manoli me está sacando de quicio, no concreta y la curiosidad me tiene carcomía. Al tío no se le levanta y es un degenerao, joder, esto un tiene misterio de narices, a que llamo a los del CSI.

-          Solo se le ponía un poco morcillona cuando me hablaba de ti.
-          ¿Cómo?
-          Lo que oyes.
-          ¿Y tú?
-          De Celestina, para eso me quería, nada más, a la que apareciste ni tocarme el muy cabrón, ni disimular…
-          ¿Y cómo consentiste, Manoli?
-        Yo que sé Puri… yo que sé… Al principio estaba por mí, pero desde que te cruzaste por en medio que no paraba de insistir en que…
-          ¿En lo del trío?
-      Sí, pero yo creo que lo que quería era follar contigo sola… a mí no me quería nada más que para convencerte.
-          ¡La madre que lo parió! De qué va el puto charcutero, a ese le voy a coger los cojones y se los voy a hacer morcillas de Burgos…  Con la Puri… y claro está, contigo tampoco, ¡no se juega! Que se la machaque con pelis porno pero a mí que no me meta en sus fantasías que lo saco de una hostia bien dada.
-          Puri, tranquila… ya está… ya lo he dejado, no pasa nada…
-          ¿Qué no pasa? Una mierda. Este tío no se va de rositas como que me llamo Puri.
-          ¿No irás a hacer ninguna tontería? No me gustaría…
-        Manoli, cállate de una puta vez y déjate de lloriqueos. Este tío te ha utilizado como un kleenex, si quería follar conmigo que me lo hubiese dicho a la cara que de la primera patada en los huevos que le hubiese dado lo habría dejado gallina, que es lo que es. Si no le gustabas pues que hubiera cortado contigo y punto pelota. ¿Qué se cree? Que se puede ir moviendo a las personas como playmobils…  Manoli, esto no queda así.
-          Déjalo Puri, ya está, el daño me lo ha hecho a mí…
-          ¿Hay más mierda, verdad?

Quien calla otorga.